Qué queda
casi nada
aunque aún hay plomo para unos cuantos suicidas
esos ángeles sin alas
atormentados de revolcarse en el vil pavimento
enceguecidos por el resplandor del sol
Los amigos que quedaron atrás
a los que detuvieron contra la pared
con las manos en la nuca
por atreverse a existir
Justo ahí
en la calle de la Transformación
en la misma en la que aquel carnal brilla
la noche entera
sin importarle nada
totalmente pirado
Y qué nos queda
el cascajo
los cuerpos colgados como signos de interrogación
de los puentes vehiculares
en autopistas muertas que hieden a dinero
La muerte que todo lo vende y no te deja morir
te entierra en vida
o hace vivir entre muertos
en esta tierra que aterra