Como sociedad civil no podemos quedarnos con los brazos cruzados ante la barbarie y no estamos dispuestas a permitir que se sigan violando de manera flagrante los derechos de estas personas. Por ello denunciamos el cierre de la frontera greco-turca y sirio-turca, por parte de Grecia y Turquía, respectivamente, la represión ejercida por la policía de ambos países, la militarización de sus fronteras y la instrumentalización con fines políticos de las familias migrantes y refugiadas.