Resulta paradójico volver a celebrar un año más el Día Mundial contra los Muros, cuando por la pandemia que nos invade los estamos construyendo individualmente con mascarillas y pantallas, para no contaminar ni contaminarnos. Nuestro mundo está lleno de muros o vallas, unos 70, que de alguna u otra forma quieren evitar la contaminación de lo diferente, de lo extranjero, de lo otro que por desconocido causa miedo, opresión, exclusión, muerte, la vulneración de derechos como la libertad de movimiento y la búsqueda de medios de vida de miles de personas.