Este año el mundo está pagando las consecuencias de invertir en la guerra. La violencia que se ejerce sobre las personas de todo el mundo a manos de estados militarizados ha tenido un impacto devastador sobre la humanidad y el medio ambiente. Los 1,98 billones de dólares gastados en ejércitos en 2020 no nos proporcionaron una verdadera seguridad, sino que esos hinchados presupuestos para armas y guerra nos dejaron sumidos en un ciclo de violencias. Es hora de que nos unamos y pidamos a los gobiernos de todo el mundo que recorten el gasto militar y que, en su lugar, inviertan en seguridad común y humana. Es momento de darle un presupuesto a la paz.