Tertulianos revelados
¿Por qué se hace cuesta arriba imaginar que en alguno de esos programas de debate, en alguna de esas tertulias, que nos regalan las televisiones entrevisten a Antonio Turiel, a Yayo Herrero, a Jorge Riechmann, a Margarita Mediavilla, a Manu Casdeiro o a alguna de las muchas personas que trabajan en serio, y desde una perspectiva crítica y contestataria, sobre el cambio climático y el agotamiento de las materias primas energéticas?
Alguien responderá, en una primera aproximación, que la razón de fondo es que esas personas emiten mensajes que cuestionan como un todo el sistema que padecemos, de tal forma que romperían el pluralismo de circuito cerrado que se nos impone. Francamente no creo que sea esa la explicación principal. El sistema lo engulle todo. ¿Qué ocurriría si Turiel, por ejemplo, acudiese a uno de esos programas? Mayormente nada. Ganaría a los puntos o por KO técnico, tendría un rifirrafe con un par de tertulianos cenutrios -perdón por la redundancia- y, una vez fuera del estudio, escucharíamos que es un alarmista y un catastrofista.
Si no es esa la explicación mayor, ¿por dónde creo yo que van los tiros? El dato fundamental es que esas personas y sus reflexiones no existen, sin más, a los ojos de los tertulianos al uso. Así las cosas, no se trata, hablando en propiedad, de un ejercicio de premeditada y genuina censura. Estamos ante una consecuencia más de las reglas del juego que se imponen en esos programas, aberrantemente cortoplacistas y, en su caso, terruñeros. Lo que atraen son las intrigas palaciegas que se han hecho valer en las horas anteriores, al amparo de una suerte de prensa del corazón política que ofrece al público lo que, supuestamente, interesa a este. O lo que han decidido que le interese. ¿Alguien piensa en serio, por cierto, que las observaciones de Turiel sobre el pico del petróleo rebajarían la audiencia?
En semejante escenario creo yo que cada vez es más urgente liberarse de la tutela de las tertulias y de los tertulianos. En el mejor de los casos estos últimos, e incluyo a los de 'izquierdas', discuten sobre la condición del régimen que padecemos, pero poco o nada nos dicen sobre la naturaleza del sistema en que aquel se asienta. No se trata, y vuelvo a la carga con el argumento, de que el pluralismo de circuito cerrado proscriba debatir sobre el trabajo asalariado, la mercancía, la alienación, la explotación, la plusvalía, la sociedad patriarcal, las guerras imperiales, la crisis ecológica o el colapso que viene. Es que esos conceptos le son por completo desconocidos.
by Carlos Taibo