Mientras que los gobiernos se empeñan en mantener políticas fronterizas anquilosadas en la noción tradicional de soberanía, las interacciones de los pueblos indígenas que habitan esos espacios muestran una dinámica inversa al desarrollar prácticas locales y transfronterizas que trascienden las lógicas estadocentristas. Si bien los organismos internacionales han reconocido las prácticas indígenas, siguen predominando las políticas tradicionales de los Estados hacia las fronteras.