La violencia machista no es la noticia en prensa de que otra mujer, una más, ha sido asesinada por su pareja. Ni empieza ni termina ahí.La violencia machista no son las denuncias, el maltrato, los gritos y las voces en el piso de la vecina. Los cristales rotos, los insultos, el abandono en el balcón o el descansillo de la escalera.Estas son sus consecuencias más graves.