A día de hoy, y por suerte, son cada vez más los hombres que presentan una masculinidad alternativa al modelo tradicional, es decir, hombres que no se identifican y rechazan, en cierta medida, lo que hasta ahora se considera masculinidad tradicional: un hombre fuerte, sin debilidades, inexpresivo emocional y afectivamente, etc. Entre los retos iniciales asumidos por estas masculinidades se encuentran el reconocimiento y la aceptación de la vulnerabilidad.