Mira a tu alrededor. El móvil u ordenador desde el que estás leyendo este artículo, el café de esta mañana, el plátano o los fruto secos del mediodía, el jersey que llevas puesto o los auriculares con los que escuchas música… Lo más probable es que todos esos bienes fueran empaquetados en un contenedor en otro país y cruzaran el océano en barco antes de que llegaran a tu puerta.