Los campos de Huelva cubren 11.630 hectáreas de frutos rojos; en esos campos trabajan más de cien mil personas, y muchas de ellas se hacinan en 44 asentamientos donde las jornaleras malviven sin luz ni agua, en una situación que ellas califican de insostenible. Se han organizado como Jornaleras de Huelva en Lucha, un colectivo desde el que se reúnen las demandas feministas, ecologistas y antirracistas. Porque el de la fresa es un trabajo feminizado y racializado, y de ahí que la opresión que sufren estas mujeres sea doble, o triple: por género, por racialidad y también por nacionalidad.